REANUDACIÓN DE LA ACTIVIDAD DEPORTIVA PROFESIONAL
La reanudación de la actividad deportiva profesional va destinada a los deportistas de
élite (federaciones y movimiento olímpico y paralímpico) y a las ligas (las profesionales
en un primer momento y no profesionales más adelante, conexión con clubes). En este
momento, los objetivos serían, para las ligas, jugar a puerta cerrada y para los
deportistas individuales, retomar su actividad profesional, como en cualquier otro
trabajo (algunos con perspectiva olímpica a medio plazo).
En términos políticos los beneficios de las medidas de apertura gradual son:
– Normalización de la vida cotidiana: La suspensión de las competiciones es
una anomalía histórica, con precedentes sólo en periodos de guerra. Volver a
jugar partidos profesionales de fútbol y baloncesto a puerta cerrada permite
emitirlos por televisión. Verlos en casa nos devuelve a la normalidad. Los
espectadores del fútbol (y otros deportes -baloncesto-, en menor medida, y
una vez se reactiven) son millones. También contribuye a fortalecer el
espíritu colectivo en la última fase del confinamiento: por un lado, familias,
residencias de mayores, centros de menores e inmigrantes; por otro, centros
penitenciarios.
– Reputación de España. Las dos marcas españolas más conocidas
internacionalmente son el Real Madrid y el FC Barcelona. En el deporte
mundial, están entre las diez más valiosas e influyentes. Que la liga española
(una de las dos mejores del mundo) se reanudara, repercutiría positivamente
en nuestra reputación. Idear protocolos de juego sanitariamente seguros nos
situaría en la vanguardia de sanidad deportiva.
– Representación internacional. Los DAN (deportistas de alto nivel) son un
“bien nacional”, como representantes de España en las competiciones
internacionales, incluidos Juegos Olímpicos. Esto tiene gran relevancia
política: al reanudar su entrenamiento, ayudamos a que cuando ejerzan esa
representación de España lo hagan en mejores condiciones. Además
demostramos ser conscientes de su simbolismo para el país.
– Problemas económicos: un rescate público-privado. El fútbol representa
un 1,4% del PIB aproximadamente, y unos 185.000 empleos (directos,
indirectos e inducidos), según La Liga. En la era post-covid, el fútbol ha de
convertirse en la locomotora del deporte. Será necesario un rescate
económico al conjunto del deporte, pero puesto que no habrá recursos
públicos para todos, el único colaborador privado que podría aportar es el
fútbol: conviene cuidar ese papel de socio en la salida de la crisis del sector.
Los clubes son agentes económicos, y también depositarios de sentimientos
de pertenencia: lo mismo cabe decir de las distintas selecciones españolas,
cuyos jugadores se nutren de los clubes.
– Entrenar es un trabajo. Para los deportistas profesionales, su trabajo es
entrenar, por tanto, cuando se permita a la gente reanudar la actividad
laboral, ellos pueden con justicia reclamar volver a la suya, que es el deporte.
 Términos, datos y categorías a tener en cuenta:
o Los DAN son unos 5.000 en España, identificados con nombres y
apellidos, fáciles de someter a un protocolo sanitario. Lo mismo cabe
decir de las Ligas profesionales (primera y segunda de fútbol, más ACB
de baloncesto), para las que serían necesarios protocolos de vuelta al
entrenamiento paulatina.
o En cuanto a instalaciones deportivas, las públicas permiten supervisión
sanitaria muy controlada: disponemos de los Centros de Alto
Rendimiento estatales y los Centros de Tecnificación de las CCAA, que
podrían albergar a numerosos deportistas DAN, olímpicos y
profesionales en los primeros tiempos, sin grandes desplazamientos. Los
clubes y otras instalaciones privadas podrían también hacerlo, pero quizá
en fase posterior puesto que sería más difícil establecer los controles.
o La gran preocupación de todo el sector (federaciones, clubes, ligas…) es
cómo terminar las competiciones que quedaron suspendidas. Para
muchas de ellas, finalizar supone evitar un quebranto económico enorme.
Dado lo inédito de la situación, en algunos casos el riesgo es de quiebra,
en un sector en el que por la corta vida útil de los trabajadores (los
deportistas), este parón puede ser irremediable.
o Las federaciones tienen tres fuentes de ingresos: por organización de
competiciones, por patrocinios y por subvenciones. En este momento han
perdido dos de esas tres. Permitir el retorno de las competiciones
significa permitir su propia captación de recursos y limitar la
dependencia del Estado.
El CSD, a través de un nuevo mecanismo de coordinación rápida (Grupo de Tareas para
el Impulso del Deporte), está trabajando estrechamente con los principales actores del
sector (instituciones, federaciones, deportistas, patrocinadores) para desarrollar un
marco básico de acuerdo y de medidas urgentes para salir juntos de la pandemia. Se
adjunta un cuadro con una propuesta de escenarios, medidas, consecuencias
epidemiológicas y fechas tentativas. Cuando se decida que se puede reanudar la
actividad, el deporte estará listo y unido para contribuir a los esfuerzos del Gobierno
para una desescalada segura.
Irene Lozano
Presidenta del Consejo Superior de Deportes